Asamblea Nacional, Caracas – Existe una posición política, diplomática, mediática y económica en contra de Venezuela, para implantarle a la región una operación tenaza contra la Venezuela Bolivariana y tratar de buscar conflictos de alta intensidad.
“Así lo vengo a denunciar, hay una posición política, diplomática, mediática, económica, en de contra Venezuela, para implantarle a nuestra región una operación tenaza contra la Venezuela bolivariana y tratar de buscar conflictos de alta intensidad”, enfatizó en su intervención en la Asamblea Nacional para fijar su posición en relación al diferendo territorial del Esequibo.
No dudó al decir que se trata de “campañas multimillonarias en cada país del Caribe” y en “Colombia, que se pierden de vista, tratando de instalar en el ser colectivo de estas patrias hermanas elementos de desconfianza, revanchismo, odio que pudiera justificar en cualquier momento la escalada de un conjunto de elementos contra el país”, advirtió el mandatario venezolano.
Reveló el jefe de Estado que recientemente conversaba con varios primeros ministros del Caribe a quienes insistió en el tema, en virtud de la “gran y grave campaña promoviendo el odio, la desconfianza, elementos negativos sobre el carácter y el ser venezolano, la tradición libertaria del pueblo de Bolívar”.
Sostuvo que la prioridad de la política exterior de la Revolución Bolivariana, y en muchos casos tomando tradiciones históricas del siglo XIX y XX, ha sido impulsar la construcción de una sólida base de entendimiento, respeto y de confianza entre los pueblos y sus gobernantes, sin dejar de lado los problemas y las diferencias, pero cubriéndonos con un nuevo método de diplomacia de paz.
Recordó hace apenas hace unos meses estuvo aquí (en la Asamblea, un día martes, 10 de marzo) “un día después de que el presidente Obama firmara decreto desproporcionado en el que declaraba a Venezuela como una amenaza a la seguridad a los Estados Unidos, generándose por tal motivo un gran debate y unión y apoyo del pueblo venezolano, con el cual se logró que el presidente estadounidense reconociera que Venezuela no es amenaza para Estados unidos ni para ningún país.