Intervención del Ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Rafael Ramírez Carreño, durante la PreCOP Social de Cambio Climático

 Hoy se concreta la primera reunión preparatoria de la COP (PreCOP) en donde se incluye la agenda social. Este hecho fue aspiración permanente de nuestro comandante, Hugo Chávez Frías, expresada en 2009 en Copenhague.

En este formato de discusión las organizaciones sociales que nunca fueron incluidas y que no participan formalmente en el proceso de negociación de cambio climático contribuyen con sus visiones a enriquecer la discusión Ministerial sobre el Cambio Climático.

Esta participación de los movimientos sociales y los aportes que ellos hagan a la discusión ministerial constituye una democratización del proceso de negociación en temas tan complejos.

Venezuela, así como muchos otros pueblos del mundo en desarrollo, está comprometida con este proceso consiente de la influencia directa que el fenómeno de cambio climático tiene sobre nuestras posibilidades de ejercer nuestro derecho al desarrollo sustentable.

Dos voces se han alzado en el mundo con una visión estructural del problema del cambio climático el Comandante: Fidel Castro y el Comandante Presidente, Hugo Chávez.

En Rio de Janeiro en el año 1992, Fidel Castro expresó: «una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: El Hombre.»

Y el Comandante Presidente, Hugo Chávez, cuando hizo un llamado al mundo en Copenhague al decir «no cambiemos el clima, cambiemos el sistema», aspiración que recogió la expresión de los movimientos sociales que en esa oportunidad solo podían expresarse en la calle.

De manera tal que nuestra posición en esta discusión parte del hecho demostrable que lo que resulta insostenible es el sistema capitalista. El modo de producción y consumo capitalista es insostenible, desde el punto de vista social, económico y ambiental. El capitalismo es un sistema depredador que acaba con los bosques, los ríos, los mares, los recursos naturales y el aire que respiramos.

Por eso nuestro país participa en este proceso de discusión sobre el cambio climático, con la firme determinación, de cumplir los compromisos que contraemos como país soberano. Lamentablemente, esta no ha sido la actuación de los grandes países industrializados, donde su posición se ha caracterizado por evadir sus propios compromisos.

Aquí es oportuno recordar que entre los propósitos y principios de la Carta fundacional de las Naciones Unidas están:

1.- El principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros.

2.- Los Miembros de la Organización, a fin de asegurarse los derechos y beneficios inherentes a su condición de tales, cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con esta Carta.

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático es un logro importante.

Posteriormente se creó el Protocolo de Kioto; un acuerdo en el que definimos de arriba hacia abajo unas metas numéricas y un tiempo para su cumplimiento. Sin embargo, a pesar de que el Protocolo planteaba metas de reducción de apenas el 5% de las emisiones comparadas con los niveles de 1990, estas no fueron ni han sido cumplidas hasta ahora.

No sería justo, que ahora que hemos mostrado nuestra mejor voluntad de discutir un nuevo acuerdo bajo los principios de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, esta buena fe sea usada por algunos países desarrollados para transferirnos su brecha de incumplimiento en mitigación a los países en desarrollo. La Convención Marco no está en negociación.

Nosotros no aceptaremos que los grandes países industrializados y sus corporaciones transnacionales, ahora, luego de tener más de 100 años depredando nuestros recursos naturales, pretendan imponernos algún tipo de restricción al desarrollo de nuestros recursos. Un desarrollo que beneficia fundamentalmente a nuestro pueblo y constituye una herramienta fundamental para superar la pobreza y las asimetrías sociales en nuestro país.

Tampoco estamos de acuerdo en mercantilizar la discusión de cambio climático con el concepto de «economía verde» que al final resultará en que los pueblos más pobres del planeta jamás tendrán el poder adquisitivo para el acceso a la energía ni tendrán posibilidades al desarrollo económico y social.

Nosotros, somos un país en desarrollo que hace esfuerzos extraordinarios para atender las necesidades sociales, económicas y culturales de nuestro pueblo, reivindicamos el ejercicio soberano sobre el manejo de nuestros recursos naturales. La explotación de nuestros recursos naturales la hacemos en base a una estricta legislación ambiental que atiende al 5to objetivo histórico de nuestro Plan de la Patria, que es Ley de la República Bolivariana de Venezuela, de «Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana».

Nosotros rechazamos las prácticas depredadoras impuestas por las transnacionales, para la explotación de recursos naturales tales como, la utilización del fracturamiento hidráulico para la explotación del petróleo y gas de esquistos y creemos que este tipo de prácticas deben ser denunciadas en este tipo de cumbres por el enorme daño que le está haciendo al ambiente, en especial a los acuíferos de agua dulce.

Igual denuncia debemos hacer de la utilización de tierra fértil y agua para producir biocombustible en vez de alimentos.

Así, queremos insistir: es necesario profundizar el debate para rescatar elementos y reglas del Protocolo de Kioto que constituyen un valioso aporte para abordar de manera transparente estos problemas.

Es lamentable que la Enmienda de Doha del Protocolo de Kioto que establece el segundo periodo de compromisos no haya alcanzado, a la fecha, los documentos mínimos necesarios para su entrada en vigor.

Las fallas que ha tenido el Protocolo de Kioto se deben a la inacción e incumplimiento de los compromisos asumidos por los países desarrollados, no a la arquitectura del Protocolo propiamente.

La erradicación de la pobreza continúa siendo el mayor problema que afronta el mundo en la actualidad y una condición indispensable para lograr el desarrollo sustentable.

En Venezuela consideramos que los pueblos deben ser el sujeto central del desarrollo sustentable y de allí el delicado pero necesario equilibrio entre el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social y la protección del ambiente como quedo recogida en la Declaración de Rio+20 del año 2012.

A continuación vamos a presentarles los acuerdos alcanzados por las organizaciones sociales en estos dos días de debate intenso.

Gracias.